martes, 2 de junio de 2009

Doves - El óxido que nos corroe



"Dios mío, hace falta un océano de confianza, en el reino del óxido".

Los miembros de Doves, Jimi Goodwin y los hermanos Williams, no pueden ocultar sus ácidos pensamientos llenos de melancolía y pesadumbre que rezuman a lo largo y ancho de su cuarto (y mejor) disco, "Kingdom of rust".
Ni pueden esconderlos ni lo pretenden, toda confesión es deliberada.

Cuando uno se dispone a escuchar esta magistral obra, antes de ser consciente ni conocedor de lo que nos podemos encontrar, por supuesto, lo primero que se puede sentir es confusión y abrumamiento. Puede que los fuegos artificiales de "10:03" nos produzcan agobio, que la rotundidad sonírica de "The outsiders" nos haga bajar el volúmen y que el homenaje a Kraftwerk de "Jetstream" nos parezca más una posesión completa. No nos dejemos confundir.
Eso son sólo las primeras impresiones de lo que es un disco mayestático, soberbio y espectacular.

Les ha llevado su tiempo, han elaborado cada pieza de este rompecabezas con mimo y dedicación, y eso se nota. Desde las letras, inspiradas reflexiones de unos treinteañeros a punto de cumplir los cuarenta, hasta su sonido. Han sabido conjuntar la magia que a veces rememoraba a Pink Floyd o King Crimson de sus anteriores discos, con las mejores tecnologías dignas del 2009 (¿cuándo podremos decir algo así en el anticuado panorama español?).

"El reino del óxido" queda inaugurado con "Jetstream", todo una dedicatoria a sí mismos. No olvidemos que los comienzos de Doves fueron breves toqueteos con la electrónica que bebía de Kraftwerk o New Order. Puestos en referencias, olvidemos que New Order tiene un tema con el mismo título, porque lo que Doves aquí presentan suena más a New Order de lo que pretendían los auténticos. Doves también aludían en sus referencias la película "Blade Runner". Querían presentar lo que para ellos hubiera sido una idónea conclusión para el film, su particular reverencia a Vangelis en los créditos finales.

Además, es la voz de Jez Williams, un falsete susurrante e hipnotizador, el que apertura el disco y suena en este "Jetstream". Todo un orgasmo para los amantes de la música electrónica y un comienzo algo confuso y nada descriptivo de lo que es "Kingdom of rust".



Porque para describirnos el concepto del disco, lo mejor es tirar del primer single de nombre homónimo. Referencias pasadas se suceden aquí, ¿quizás cualquier tiempo pasado fue mejor?. Es difícil mantener la esperanza en este reino oxidado. Aquí se nota la mano de Dan Austin, el productor que estuvo detrás del fantástico "Thirst for romance" de Cherry Ghost.

Una coctelera explosiva, cuerdas apabullantes, guitarras ensordecedoras, letras para reflexionar, la voz algo gastada de Jim, una melodía adhesiva. Sin dejarnos atrás el video presentación, una historia de soledad en un mundo perdiendo los valores.



"The outsiders", es el outsider del disco, trallazo donde los haya, puede ser que al principio pensemos que estamos ante un disco de Chemical Brothers, hasta que escuchamos las guitarras características de Doves y la voz de Jim diciendo "Just the two of us making fools of us". Breve, intenso y acojonante.

"Winter hill" es el segundo single que el disco pide a gritos. Una melodía marcada, más desnuda que la anterior, pero que demuestra carácter y personalidad, sobre todo en el timbre rasgado, casi ronco, de Jim, y en la parte final, que hace que el tema gane puntos.



Lo siguiente merece especial mención. La cotidianidad es el argumento en "10:03", la hora en la que siempre coge el mismo tren que le lleva a un destino incierto. Una preciosa composición con aires soul a lo Elvis Presley que va aumentando en intensidad hasta explosionar en baterías y guitarras abusadoras. Algunos la mentan como el tercer single del álbum. No estaría mal.

"The greatest denier" está cuidada hasta el más mínimo detalle, aquí es donde más palpable es la delicada construcción del grupo junto al productor. Todo sonido forma parte de un todo y sin él, el todo se desmorona. Uno de los temas que va creciendo con las escuchas sin parar, pero que te deja igual de agilipollado que los demás.

Cada disco de Doves ha de disponer de un tema suave y cándido como "Birds flew backwards", hermoso y conciso. Las voces se superponen con las cuerdas y una atmósfera celestial se forma en el ambiente.

Todo tiene sentido en el que considero el mejor tema del disco, "Spellbound". Uniendo calidad, comercialidad y un sonido más cercano a Beach Boys o Moody Blues, confluye los elementos que me acabaron conquistando. Una producción que converge infinidad de ruiditos que te hacen descubrir cosas nuevas con cada audición. Una melodía marcada y mágica y una letra que invita a recapacitar.



"Compulsion" parece más propio de TV on the Radio, un deja-vu setentero con Chez de nuevo al micrófono. Otra delicia para los oídos, como todos los cortes, como es "House of mirrors", para los oídos que estén dispuestos a soportar la contundencia que nos entregan, hasta terminar en "Lifelines", la metáfora sobre los caminos de la vida que se quiere hacer ver en toda la obra. Una perfecta conclusión, un broche de oro para un álbum que podría y debería marcar una época.

Han sido muchos años sin Doves, pero la espera ha merecido la pena. El reino del óxido en el que vivimos se hace más llevadero gracias a ellos.

9,5/10

4 comentarios:

david dijo...

Joder tío, si yo fuera del grupo te pagaba unas vacaciones en el Caribe o algo.
Que un "simple" oyente invierta una horita de su tiempo en dedicarles una crítica tan emotiva le tiene que llenar de gratitud a uno. Tradúcela y se la mandas...
El disco es bueno, paa mí no es de 10, pero contiene joyitas.
Coincido en algo q dijiste hace un tiempo de que son únicos creando atmósferas.
Últimamente valoro muchísimo que todas las capas que se introducen al producir el disco estén justificadas y aporten algo en pos de un resultado coherente y rotundo.

david dijo...

Por cierto yo estoy contigo en cuanto a q el mejor tema del disco es Spellbound.

archer dijo...

El disco no es de 10... eso pensaba al principio cuando "Convulsion" o "Lifelines" no me acababan de convencer, pero ha sido con las escuchas, que las he encontrado más que justificadas.

Ah, y qué me dices de las caras b "Ship of fools" y "The last son". Deberían de haber formado parte del album, es imperdonable dejarlas fuera.

Alberto dijo...

Sólo puedo decir que Jimi, Jez y Andy son una especie a proteger. Únicamente puedo estarles agradecido y admito que no consigo ser imparcial con ellos, me tocan demasiado la fibra sensible. Me adhiero a tu emotivo comentario.

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