Si nos remontamos nueve años atrás en el tiempo, había una canción electrohouse llamada "Days go by" con un efecto hipnótico tan atrayente que mezclaba la euforia de la pista de baile con el dramatismo de una melodía folk americana, perfectamente dirigida por una voz que parecía que iba a caer en el suelo en cualquier momento, rompiéndose en mil pedazos. Tal fue la repercusión de esa canción producida por el trío británico Dirty Vegas, que incluso ganaron un Grammy al mejor tema dance.
En el 2004 se atrevieron a pisar las salas del pop rock en detrimento de sus seguidores, que esperaban más ramalazos house. Así, "Walk into the sun", agradable tonadilla escrita después de muchas horas de escuchar a New Order, los puso en una interrogación. La banda se separó para reflexionar sobre lo que les motivaba en la música y les ha llevado nada menos que siete años dar continuación a su proyecto.
Y han vuelto eléctricos, y fiesteros. Las guitarras guardaditas en su funda y las programaciones sobre la mesa: loops, samples, bases machaconas. "Electric love" incluso de primeras parece que sea una obra de alguien que se llama igual que los Dirty Vegas. La voz de Steve Smith parece otra, más aclarada, como si la miel con limón le hubiera quitado la carrespera que tan atractivo le hacía.
"Electric love" sonará complaciente a los que disfruten de música de productor dance a lo Chicane, Paul Oakenfold o Delerium. El resto del disco sigue la línea, más uptempo, más movida, directo a la pista de baile.
Merece la pena recordar su "Days go by", que seguro que escuchastéis hace años alguna vez. Una canción que te pone entre la espada y la pared, entre bailar y llorar.
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