En la entrada de Gloria Estefan comentábamos el daño irreversible (por mucha ilusión que a ella le hiciera) de la colaboración que hizo con Celia Cruz, que de un día a otro hizo que cambiara la opinión general que había de Gloria.
Pues parece que Nelly Furtado no da pie con bola. Debe tener como asesor al manager de Falete que sus incursiones en la música son dos de cal y una de arena. Puede acertar cantando con James Morrison, puede cagarla con su disco en español y las canciones extras que incluía su "The best", que pasó con muchísima pena por las listas de éxitos pero que en descargas gratuitas fue todo un acierto.
Cuando todos estamos esperando un nuevo álbum en inglés, que le quite de un golpetazo toda la caspa que Nelly se ha puesto encima, ahora nos llega con lo peor que podía hacer, que es juntarse con Antonio Carmona, de Ketama, y pringarse de caspa, aceitorro y betún. Una decisión poco acertada puesto que los objetivos son difusos.
Con "Mi plan", Nelly obtuvo críticas sonadas por su triste español, el público latino se tomó con indiferencia esta incursión, dejándolo como algo anecdótico y gracioso, porque si su disco era divertido era por desentramar lo que Nelly decía, con esa pronunciación tan particular que tiene.
Podríamos decir que "El camino de los sueños" (tíulo más fílmico que para una canción) vale la pena, pero tampoco. Es una pieza aburrida, simplona y con una letra típica y tópica.
Nelly Furtado se acerca peligrosamente al saco donde metemos a los carcas más longevos del pop español, como siga así de acertada eligiendo con quien colabora.
Es un dúo que a ella no la ayuda, y a él le viene grande e innecesario.
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